Palabras sin sentido, risas falsas y sonrisas incoherentes me delatan, delatan que te observo a penas cada cinco segundos, que no me estoy enterando de nada de esta conversación, en la que no tengo el más mínimo interés.
Y es que tus ojos ... lo dicen todo. Tus movimientos, tu superioridad y tus aires de independencia. Tu risa, tu voz y tus muecas de desesperación ante algo que no está a la altura.
En mi cabeza se repite tu nombre, esperando que ya no tenga sentido, esperando que sean solo eso, palabras.
Imposible; tanto como tú, tanto como yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario