jueves, 1 de diciembre de 2011


   Nadie dijo que fuera fácil, ¿no? 
   Pasearse por la vida atiborrada de unas cuantas sonrisas, reír con cada una de esas piedras, de esas que te hacen tropezar. Avanzar. Ponerme ese vestido, tu favorito, y pensar:
   "Pero, ¡dios mío! Que poco sentido tienen las cosas, que poco orden, que estúpido ... que perfecto."

No hay comentarios:

Publicar un comentario