Sí, somos jóvenes, inmaduros, depresivos. Las lágrimas suelen correr por nuestras mejillas, haciéndonos pensar en que un mañana no es posible. Los gritos son habituales complementos que sacamos a relucir en las más inoportunas ocasiones, proporcionándonos momentos incómodos donde el orgullo nos juega malas pasadas. Y es que tan sólo somos niños, jugando a ser héroes; idiotas valientes y sensatos cobardes. Somos nosotros en un mar de indecisiones. (#)
No hay comentarios:
Publicar un comentario